A los espíritus se les atribuye todo lo bueno y todo lo malo como productos de su voluntad, sea esto una enfermedad, una sequía o, por el contrario, la salud, el bienestar, la lluvia. Los espíritus son entidades energéticas, o sea, aunque no los veamos podemos sentirlos, y pueden actuar en nosotros, y/o sobre las cosas.
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